Algo que a todos nos ha pasado cuando empezamos en esto de la fotografía, independientemente de que nuestros objetivos sean recreativos o profesionales, es que prestamos mucha más atención al momento de hacer fotos que a lo que pasa antes o después con ellas… es decir, fotografiamos lo que tenemos en nuestra cabeza con toda la atención posible y luego no finalizamos el proceso fotográfico diciéndonos frases como “las descargo luego”, “luego las miro”, “elijo un par de ellas y no miro mucho” 

Con el paso de los años me he dado cuenta que la mayoría de los alumnos que se inician piensan básicamente que la fotografía es hacer fotos sabiendo manejar una cámara. Creen que un fotógrafo profesional hace “muchas fotos buenas y pocas malas” y que el momento de hacer la foto es de donde sacamos todo el aprendizaje dejando los pasos previos y los siguientes algo olvidados. 

Ideas para Hacer Fotos

En nuestros cursos de fotografía ya desde el principio nos gusta dejar claro que existe un proceso fotográfico completo que todo fotógrafo debe seguir y en el que todos los pasos son igual de importantes.

Este proceso fotográfico se aplica tanto en la fotografía digital como en la analógica. Estos son los 6 pasos del proceso fotográfico que debemos realizar siempre:

  1. ¿Qué fotografiar? Idea, momento o reflexión de lo que quiero fotografiar.
  2. Toma de la/s fotografía/s.
  3. Descarga de nuestras fotos.
  4. Organización: edición y selección.
  5. Revelado (digital o analógico) de las fotos seleccionadas.
  6. Salida y uso de las fotos: imprimir en papel o uso digital (RRSS, blog, página web, email…).

¿Qué Fotografiar?

Hoy nos vamos a centrar en el primero de los pasos y el resto los iremos publicando en próximos posts para que tengáis una guía completa del Proceso Fotográfico.

Es muy importante entender que cada uno de estos pasos tiene su por qué y que en cada uno de ellos aprendemos fotografía. Es más, uno de los avances más destacables que tiene cualquier fotógrafo es cuando consigue un proceso fotográfico completo y estable que le permite obtener mejores resultados y una muy buena optimización del tiempo.

Y es que el tiempo es una parte fundamental de nuestras vidas… 🙂 Así que asentar un flujo de trabajo correcto y dinámico nos ayudará por lo tanto a invertir menos tiempo en cosas como: “no sé dónde dejé las fotos”, “elegí esta pero luego cogí esta otra”

Así que vamos a lo que nos interesa y lo que es la pregunta del millón: ¿Cómo consigo un buen proceso fotográfico?

Un buen proceso fotográfico no se consigue de un día para otro, por eso es importante entender que debo construirlo cada día repitiendo y consolidando los pasos para “notar” que voy avanzando.

En este post nos vamos a centrar en el primero de los seis pasos que hemos visto y que tiene que ver con la idea de lo que queremos fotografiar.

¿Qué vamos a fotografiar? es posiblemente una de las cosas más importantes que se pregunta un fotógrafo (si no la que más). Este primer paso engloba otras preguntas como: el ¿qué?, el ¿cómo?, el ¿cuándo?, el ¿dónde?, el ¿quién? (si fotografiamos personas) y si incluso queremos profundizar un poco más también el ¿por qué?.

Hay una frase que dice “Hay dos tipos de fotógrafos: el que dispara mucho y piensa poco y el que dispara poco y piensa mucho. ¿Qué tipo de fotógrafo eres tú?” 🙂 En mi opinión la respuesta depende de en qué momento estamos ya que en función de lo que queramos fotografiar podremos ser de un tipo o de otro. Si estás haciendo fotos de un partido de baloncesto muchas veces no te puedes parar a pensar demasiado en lo que quieres fotografiar así que sigues tu instinto y usas tu experiencia para obtener la foto que buscas. 

Y esa frase creo que va un poco más orientada a eso: a entender que ciertos tipos de fotografía son más reflexivas con lo que el proceso de maduración de la toma puede ser más largo (esto suele ocurrir en fotografía de retrato, fotografía artística, fotografía conceptual…) mientras que otras temáticas pueden ser más intuitivas, con lo que nuestro instinto y dinamismo es un plus, como puede ser la fotografía urbana o deportiva. 

A veces nos puede pasar que nos cuesta llegar a la primera pregunta “¿qué fotografío?”. Esto es algo que es normal y que nos puede pasar a todos. No debemos alarmarnos si no tenemos ideas que fotografiar; el proceso creativo tiene esas cosas…  es cuestión de darle tiempo y quizás de estar algo más abiertos a lo que pasa a nuestra alrededor para “captar” ideas o momentos interesantes que nos gustaría fotografiar. 

Ideas para Fotografiar

Siempre es una buena idea para alimentar nuestro proceso creativo ver el trabajo de fotógrafos que nos gustan, o de fotógrafos clásicos; leer sobre sus vidas, repasar sus trabajos fotográficos. Ver exposiciones fotográficas también ayuda mucho y en general todo lo que pueda activar nuestros sentidos y nuestra mente: caminar, ir al cine, hacer deporte, leer… el proceso creativo a veces puede jugarnos una mala pasada y dejarnos en blanco, pero con un poco de tiempo enseguida nos vuelven las ideas. 

Algo muy importante que ayuda a desarrollar nuestro proceso creativo es tener otras aficiones e intereses. Algo que tiene muy bueno la fotografía es que “casa” muy bien con ellas. Si te gusta el senderismo, seguro que te puede surgir la idea de fotografiarlo bajo tu prisma. Si tienes interés en la cocina, seguro que visualizas fotos de cosas que cocinas o comes. Si te gusta pasar mucho tiempo con la familia, ahí tienes momentos increíbles que fotografiar… 

La fotografía se alimenta de nuestro proceso vital ¡no te olvides! 🙂

En todo caso, el fotógrafo siempre dedica mucho tiempo a este primer paso respondiendo a la pregunta “¿qué fotografiar?”… si os gusta la fotografía tanto como a mi (y estoy seguro de que sí), lo más probable es que penséis en fotos que queréis hacer en cualquier momento y situación de vuestra vida: cuando vais conduciendo, cuando estáis con amigos en una terraza, cuando estáis trabajando… ¡es un no parar de fotos que pensamos hacer! Bien, pues una vez tenemos pensado el “¿Qué fotografiar?” es momento de ponernos en marcha e intentar darle forma respondiendo a las otras preguntas: ¿cómo la hago?, ¿cuándo la hago?, ¿dónde la hago?, ¿a quién se la hago (si hay personas de por medio)?. 

Mi recomendación es que lo apuntes, lo dibujes y lo reflexiones; de aquí siempre salen dudas que es mejor resolver antes de hacer las fotos. Pueden ser dudas visuales o técnicas, no importa, intenta resolverlas antes de hacer las fotos. Así en el momento que estés con la cámara en medio de la acción “sólo” pensarás en eso, en hacer las fotos que buscas y con suerte no tendrás ningún imprevisto ni duda técnica o visual.

Por otro lado, si la foto se te presenta delante de ti sin avisar no lo dudes, ¡tómala!. Si no tienes tu cámara, usa tu teléfono. A veces no hay tiempo de reflexionar así que déjate llevar por tu instinto y experiencia.

¿Por qué Hago esta Foto?

Dejo para el final la última pregunta, el “¿por qué hago esta foto?”. Y es que esta última pregunta es la más reflexiva y filosófica si cabe; el por qué hacemos una foto después de todo debería de tener un factor personal y emocional así que os invito a que os lo preguntéis con las fotos que hacéis… y sí, aunque no lo consideréis también se aprende mucha fotografía reflexionando sobre esto y nos acerca al tipo de fotógrafo que queremos ser.

Espero haberte ayudado con estas pequeñas reflexiones y que te ayuden a madurar mejor las fotos que quieres hacer.

De momento nos paramos aquí, así que en el siguiente post continuaremos con el paso dos del proceso fotográfico: La toma de la fotografía. ¡Será prontito!

Mientras tanto, ¡a seguir disfrutando de la fotografía!

 

©JoseAniésFotografía

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